Problemas psicológicos que puede ocasionar el ictus:
Depresión, alteraciones de ánimo, ansiedad, labilidad emocional, apatía, irritabilidad y falta de consciencia de las secuelas del ictus… Todas estas situaciones puede comentarlas con su equipo médico para valorarlas y tratarlas dentro de las posibilidades.
Actividades de la vida diaria:
Fomentar la independencia de la persona afectada en lo posible. El equipo médico (rehabilitación, terapia ocupacional, psicólogos…) puede darle consejos adaptados a cada caso:
Preferible ducha a bañera donde se pueden colocar sillas de plástico o asideros para evitar caídas.
Si está encamado asegurar higiene con esponjas y jabón neutro prestando especial cuidado en lavar y secar bien pliegues de la piel.
La piel es muy sensible en zonas sobre todo paralizadas y hay que tener especial cuidado en hidratarla y en ir movilizando a la persona para evitar formación de heridas, escaras y, úlceras.
Utilizar prendas sencillas, holgadas y cómodas.
Empezar a vestirse siempre por la extremidad afectada y desvestirse al revés.
Utilizar calzadores de mangos largos para ponerse los zapatos y utilizar calzado cómodo donde el pie este bien sujeto.
En caso de estar encamado o si la persona no es autosuficiente seguir los consejos de un profesional. Ellos le pueden indicar maneras de manejar a la persona.
Se recomienda movilizar al paciente por el lado pléjico (paralizado). Para ayudar a levantarse, caminar… conviene hacerlo por el lado afectado, evitando siempre cogerlo y estirarle del brazo ya que la posible flaccidez de la musculatura del hombro podría comportar problemas articulares.
Se recomiendan cambios posturales cada 3 o 4 horas, uso de medidas preventivas de cuidado de la piel ya mencionadas e incluso uso de colchones especiales.
Podrá conducir o no en función de las secuelas que tenga. Además, es posible que consuma algún fármaco con efectos secundarios incompatibles con la conducción. Tendrá que comentar con su equipo médico el tratamiento. Según el “reglamento general de conductores” deberán pasar 6 meses sin síntomas neurológicos y es imprescindible un informe del neurólogo en el que conste la ausencia de secuelas. Si tuviera secuelas neurológicas, y éstas no impidieran la obtención o prórroga, precisará un informe favorable del especialista y se limitará el período de vigencia como máximo un año. Los ataques isquémicos recurrentes por su parte inhabilitan para obtener o prorrogar el permiso de conducción.
Dependiendo del grado del ictus la incorporación laboral será antes o después. También dependerá del tipo de trabajo (manual u oficina). Normalmente el alta será tras 15 días o un mes desde el alta hospitalaria pero puede haber casos de incapacidad laboral permanente.
Pueden presentarse dificultades en la vida sexual de las personas que han padecido un ictus. Es recomendable volver a tener relaciones sexuales siempre que sea posible. En el caso de presentar problemas se debe comprobar si existe una causa subyacente tratable (miedos, falta de libido o efectos secundarios de fármacos). Consultar con su equipo médico.