El ictus es la consecuencia de una alteración de la circulación cerebral. Se produce cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro se rompe (ictus hemorrágico) o bien es taponado por un coágulo u otra partícula (ictus isquémico).
Mientras se está produciendo el ictus, parte del cerebro no consigue el flujo de sangre que necesita por lo que las células nerviosas se dañan y no pueden funcionar correctamente.
1. Bretón I, Cuerda C, Camblor M, Velasco C, Frías L, Higuera I et al. Nutrición en el paciente con ictus. Nutr Hosp Suplementos 2013;6(1);39-48.
2. Bray BD, Smith, Cloud G, EnderbyP, James M, Paleyet L et al. The association between delays in screening for and assesing dysphagia after acute stroke, and the risk of stroke associated pneumonía. J Neurol Neurosug Psychiatry 2016;0:1-6
3. P. Clavé,A. Verdaguer,V. Arreola. Disfagia orofaríngea en el anciano. Med Clin (Barc), 124 (2005), pp. 742-748.
De pacientes presentan desnutrición tras el ingreso hospitalario.1
De los pacientes presenta Disfagia tras el Ictus.2
De los pacientes con Disfagia desarrollarán neumonía.3
Se debe sospechar un ictus ante la aparición de forma brusca y repentina de alguno de los siguientes síntomas:
Pérdida de fuerza repentina en la cara, brazo o pierna, especialmente si es de un solo lado del cuerpo
Alteración del nivel de conciencia: Confusión repentina
Dolor de cabeza fuerte, repentino, sin causa conocida
Sensación de «acorchamiento u hormigueo» de cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo, de inicio brusco
Pérdida repentina de visión en uno o ambos ojos
Dificultad repentina para caminar, mareos o pérdida del equilibrio y coordinación
Problemas en el habla, no comprender lo que dicen